
Muchas personas viven como meros espectadores, se dedican a observar cómo pasa la vida. Tardan demasiado en vincularse a lo que está ocurriendo, y cuando quieren darse cuenta, comprenden que han desperdiciado un tiempo precioso en tonterías.
Nadie vive tu vida por ti. No te preocupes demasiado por lo que otras personas piensen, no seas de esos que dicen: «¿Qué pensarán mis amigos de esto?», o: «¿Qué dirán los demás de mí?». No entres en ese juego, porque si lo haces, llegará un momento en que vivirás la vida de otras personas y te olvidarás de la tuya. Confía más en tus capacidades. ¡Sé más tú mismo!
¿Estás dispuesto a cambiar, a conseguir algo distinto? Piensa a lo grande, y entonces, haz algo diferente. ¡Acción! ¡Manos a la obra! No te pongas a pensar en grandes cambios así, de repente, pero sí en las pequeñas cosas que haces cada día.