
Bendito conocimiento, dichoso el que se esfuerza por aprender cada día un poco mas, de verdad es apasionante escuchar a alguien que habla con conocimiento, este libro "La rana que no sabia que estaba hervida" de "Olivier clerc" esta genial, vamos a aprender sobre las "metáforas" aquellas frases que simple mente nos ponen a pensar un buen rato...
Todo es lenguaje, todo nos habla: los fenómenos naturales, los experimentos de la Física, los comportamientos de los animales, etc.
Los científicos, basándose en la observación de los hechos, extraen de ellos leyes.
Los poetas, los filósofos y los sabios, por su parte, observan las correspondencias y las analogías entre fenómenos diferentes, y las formulan en lenguaje simbólico, dándoles forma de metáforas y parábolas ricas en enseñanzas.
Ellas ponen de manifiesto la unidad subyacente de fenómenos
que no parecen relacionados entre sí, pero regidos en realidad por los mismos principios. Como ha dicho O. M. Aivanhov:
El lenguaje de los símbolos, que es el lenguaje universal, representa la quintaesencia de la sabiduría, los símbolos son como semillas que se plantan; de este modo, uno trabaja con una decena de símbolos, y posee todas las ciencias.
Es importante profundizar en el lenguaje de los símbolos, porque al resaltar los vínculos, las correspondencias entre las cosas, nos descubre la unidad profunda de la vida.
La unidad profunda de la vida. En eso consiste todo. Las metáforas y las alegorías subrayan que las mismas fuerzas, los mismos procesos, las mismas leyes actúan a todos los niveles: en nosotros y alrededor de nosotros, en el macrocosmos y el microcosmos, en todas partes.
El conocimiento que nos proporcionan no es analítico, sino sinérgico: pone en relación, reúne, revela vínculos. Otra ventaja de las metáforas, sobre todo cuando derivan de la naturaleza, es que trascienden siglos y milenios. Lo demuestran las parábolas utilizadas por el señor Jesús, que todavía nos hablan como si fuesen de hoy mismo.
El saber envejece, el conocimiento no. Un signo sufre el desgaste del tiempo, no así un símbolo. El fruto se corrompe, la semilla se conserva durante siglos. Porque al símbolo, a la imagen, los
vivifica nuestra propia vivencia, nuestra experiencia, nuestro imaginario. De ahí la etimología de la palabra conocer, "cognoscere, saber con".
El lenguaje simbólico es el verdadero portador de conocimiento. Nuestra participación es necesaria para que cobre vida.
Mientras lean este libro, ciertamente irán descubriendo en las alegorías ofrecidas otros significados además de los propuestos por el autor. Mejor así. Porque la intención es, precisamente, que cobren vida en los lectores y que éstos se las apropien. Que se empapen de la vida y del imaginario de ustedes, para poder así continuar alimentándoles, instruyéndoles, siéndoles útiles, tal como lo han sido y lo siguen siendo.
OLIVIER CLERC